“Oh, no”, gimió la canguro a su amiga, la coneja. “El pronóstico anuncia lluvia.”
“¿Cuál es el problema con eso?”, preguntó la coneja. “Podríamos usar algo de lluvia.”
“Claro”, dijo la canguro. “¡Pero eso significa que mis crías tendrán que jugar adentro todo el día!”